Y... eran las 7:10 de la tarde, aproximadamente, la querida Kaze habia ido al mercado que hay en la vereda del frente de su casa a comprar una lata de atún para la cena de esa noche.
Entro al super, saludo a la cagera, como acostumbra y emprendio el recorrido en busca de la tan presiada lata de atún. Paso junto al hombre que acomoda la mercaderia y junto a la verdulera que traia su acostumbrado delantal rojo y hablaba con un señor de origen chino. Camino un metro más y se encontro con la difurcacion de las gondolas, de un lado las heladeras, del otro los fideos y las latas. Sin dudarlo tomo el camino de la derecha, el de las latas y fideos, digo. Escogio una marca, economica pero no berreta, vale aclarar que la pago de su bolsillo. Sin más ni más se dirigio hacia el fondo donde esta la fiambreria y el carnicero, con la sola intención de ver al hombre que le corta el kilo de cuadril todas las semanas, en el buen sentido, digo.Luego de ver al carnicero, sin que el la viera, dio media vuelta y se dirigio hacia la caja sin darse cuenta que habia tomado el peor camino para una mujer que sufre de atracones*. Y ahi se vio, ya entregada a la gondola de LAS GALLETITAS. Y esta es la parte interesante, habia un hombre alto de cabello castaño claro, delgado, ojos marrones escogiendo por un paquete de galletitas, al parecer no estaba muy decidido. Entonces, Kaze tomo aire y se dirigio a uno de sus mayores sufrimientos, tapo con la mano derecha el mismo lado de su campo visual concentro la mente en el siguiente verso...
"no mires, no mires, no mires..."
Repitio, sin cesar en un tono de voz que ella podia escuchar y los demas tambien. No le importo el hombre que ya la miraba con cara de OH MY GOD O.O!. Cruzo por el frente del indesizo hombre y lo miro, se miraron por milesimas de segundos, en las que el hombre le lanzo una sonrisa de "jaja, te entiendo n.n" y ella con todas las risas del momento siguio hacia la caja registradoras para abonar su compra con una satisfaccion muy grande... La de haber logrado superar esa enorme y complicada proeza... La de no comprar nada inesesario... La de no haber comprado más lipidos para su rellenito cuerpo.
